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¿Cómo ayudar a los niños a regular el miedo?

Educación

El miedo es una emoción natural que todos experimentamos en algún momento de la vida. En los niños, es especialmente común y necesario: les ayuda a identificar peligros y a protegerse. Sin embargo, cuando el miedo no se gestiona bien, puede interferir en su desarrollo y bienestar emocional.

Autoría: Colegio Sagrado Corazón

25 de junio del 2025

3 min de lectura

como ayudar a los niños a regular el miedo

El miedo en la infancia: ¿enemigo o aliado?

Lejos de ser una emoción negativa, el miedo tiene una función adaptativa. A través de él, los niños aprenden a anticipar riesgos y a tomar decisiones que les mantengan seguros. Es normal que, según su edad, aparezcan miedos distintos: a la oscuridad, a separarse de sus padres, a los ruidos fuertes o a ciertos personajes de ficción.

Lo importante no es evitar el miedo, sino enseñarles a comprenderlo y manejarlo.

¿Cómo acompañarles cuando sienten miedo?

  • Valida sus emociones: Evita frases como “no pasa nada” o “eso es una tontería”. Lo que para un adulto puede ser insignificante, para un niño puede ser muy real. Escucharles y decirles “entiendo que tengas miedo” les hace sentirse comprendidos.
  • No ridiculices su experiencia: Burlarse o minimizar el miedo solo genera más inseguridad. Tu actitud debe transmitir calma y respeto.
  • Explícale lo que siente: A veces los niños no saben ponerle nombre a lo que les pasa. Ayudarles a identificar que están sintiendo miedo les da herramientas para empezar a gestionarlo.
  • Invítalo a enfrentarlo poco a poco: La exposición progresiva es clave. Si tiene miedo a la oscuridad, por ejemplo, puedes apagar la luz gradualmente durante la noche, o acompañarlo mientras se acostumbra.
  • Da ejemplo: Si tú reaccionas con miedo o ansiedad, probablemente él también lo haga. Mostrar cómo gestionas tus propias emociones es una forma poderosa de enseñar.

El papel de la familia y la escuela

Tanto en casa como en el entorno escolar, es fundamental crear un ambiente seguro, en el que el niño se sienta escuchado, protegido y libre para expresar lo que siente. Educar en inteligencia emocional desde edades tempranas contribuye a que los niños crezcan con mayor autoestima y resiliencia.

Este texto es un resumen adaptado del artículo original «Qué es el miedo, para qué nos sirve y cómo podemos ayudar a los niños a regularlo» publicado en Sapos y Princesas. Para conocer más sobre este importante tema y obtener consejos adicionales, te invitamos a leer el artículo completo aquí.

Y si quieres conocer más de nuestro proyecto educativo te invitamos a seguirnos en redes sociales y a visitarnos. ¡Nuestras puertas están siempre abiertas!

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Rabia en los niños: una emoción que también educa

Educación

La rabia en los niños es una emoción básica, natural y universal. No es buena ni mala en sí misma: lo importante es cómo la gestionamos. En el caso de los niños, reconocer, entender y canalizar esta emoción correctamente es clave para su desarrollo emocional.

Autoría: Colegio Sagrado Corazón

23 de mayo del 2025

3 min de lectura

rabia en niños

¿Por qué aparece la rabia?

La rabia surge ante situaciones que el niño percibe como injustas, frustrantes o amenazantes. Puede activarse cuando no consiguen lo que quieren, cuando sienten que no se les escucha o cuando perciben que pierden el control. Aunque puede parecer una emoción negativa, en realidad cumple una función protectora: señala que algo no está bien para la persona que la siente.

¿Cómo se manifiesta la rabia en los niños?

La rabia puede aparecer con gritos, llanto, pataletas o incluso agresividad. Estas reacciones no son más que formas de expresión cuando todavía no cuentan con las herramientas necesarias para comunicar lo que sienten con palabras. Por eso, acompañarlos en estos momentos sin juzgar ni reprimir es esencial.

¿Qué hacer ante un niño con rabia?

  • Validar la emoción: Evitar frases como “no te enfades por eso” o “no es para tanto”. En su lugar, reconocer lo que sienten con empatía: “Veo que estás muy enfadado porque…”.
  • Poner nombre a lo que sienten: Ayudarles a identificar sus emociones les permite entenderlas y gestionarlas mejor.
  • Enseñar herramientas de regulación: Respirar profundo, contar hasta diez o irse a un rincón tranquilo pueden ser estrategias útiles para canalizar la rabia.
  • Ofrecer acompañamiento emocional: No se trata de ignorar o minimizar, sino de estar presentes para guiar con calma y firmeza.

¿Y los adultos?

Comprender la rabia infantil también implica revisar cómo gestionamos nuestra propia rabia. Somos modelos constantes: si reaccionamos con gritos, lo más probable es que ellos hagan lo mismo. Educar en la gestión emocional comienza con el ejemplo.

Entender la rabia como una emoción válida, necesaria y manejable es fundamental para criar niños emocionalmente sanos.

Este texto es un resumen adaptado del artículo original «La rabia, una potente emoción que debemos aprender a regular para convertirla en aliada» publicado en Sapos y Princesas. Para conocer más sobre este importante tema y obtener consejos adicionales, te invitamos a leer el artículo completo aquí.

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Preguntas frecuentes

¿Qué nos identifica en el Colegio Sagrado Corazón?

Somos un colegio que buscamos la excelencia académica, pero también la humana, porque una buena persona suele ser un buen profesional. Por eso el respeto a los demás, a uno mismo, el trabajo bien hecho, son valores humanos y cristianos que inculcamos en nuestros alumnos de la mano de sus padres. Tenemos el ambicioso objetivo de servir a la sociedad, a las familias y a los alumnos.

¿Qué aporta que el colegio Sagrado Corazón pertenezca a Red Educativa Internacional Parentes?

Los colegios de la Red Educativa Internacional Parentes promueven los valores morales y culturales relacionados con el trabajo bien hecho, el afán de mejora y superación, el respeto, la promoción de la libertad y la responsabilidad personal. Del mismo modo se promueven valores como la lealtad, la honestidad, la justicia, la solidaridad y la paz. Todo ello partiendo de una visión cristiana de la persona y el mundo.

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